Desde un parador (Centro de Inclusión Social) adonde el Gobierno de la Ciudad aloja a personas en situación de calle, arrojaron una pipa casera para consumo de droga en el patio de una familia vecina.

Esto sucedió en el CIS ubicado en Bernardo de Irigoyen 1608, en el edificio del Hotel América.

La convivencia de los vecinos con los huéspedes del lugar está plagada de incidencias. Hay varias causas judiciales, entre ellas una por amenaza de muerte en la que la víctima, una vecina del edificio lindero, tiene consigna policial para su seguridad. Fue amenazada por una interna del parador.

La población de los paradores sufre adicciones en casi un 90%, además de poseer antecedentes penales. Esto debería obligar a las autoridades a tomar muy en serio la gestión, coordinación y control de los Centros de Inclusión Social. Nada de esto sucede; por el contrario, pareciera que estas personas vulnerables y padecientes, muchos con graves problemas de conducta, son alojados y luego olvidados allí a su bola. Evidentemente, sin asistencia en sus pareceres, no pueden sostener una convivencia armónica dentro y fuera del parador.

Este edificio fue incorporado a la lista de 48 paradores en junio de 2024 y en la inauguración Jorge Macri destacó que se incorporaban 180 lugares a la red: «Acá en Constitución hay casi 90 personas por piso, en un lugar nuevo que acabamos de habilitar, especialmente dedicado a familias y más de la mitad de quienes están alojados son chicos».

Los conflictos entre los huéspedes y las incidencias con el entorno vecinal se dan en la mayoría de los paradores. Las comisarías de las jurisdicciones en las que se encuentran ubicados Centros de Inclusión Social del Gobierno de la Ciudad tienen un aumento del delito en las estadísticas.

 

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