El «negocio» del espacio público en Once: retrocedimos 10 años

Hace pocos días llegó a nuestro medio, de manera anónima, un video que muestra la manera en que se «administra» el uso del espacio público en la zona comercial de Once, Balvanera.

Por estos días y desde diciembre pasado, la agrupación VAIO (Vendedores asociados independientes de Once) dispone del uso de las veredas y las reparte. En el video publicado, la líder grita: «estos son lugares de VAIO», mientras recorre lo que considera «su» territorio y sus laderas van echando a golpes a quienes no son de su organización.

En la actualidad ocupan: Bartolomé Mitre, Perón, Sarmiento (desde Av.Pueyrredon hasta Azcuenaga); Paso, Castelli, Larrea (desde Rivadavia hasta Corrientes) y Corrientes (desde Larrea hasta Uriburu). En todos los casos en ambas veredas, lo que configura un infierno para vecinos y comerciantes de esas arterias.

Una vez que se dio reinicio a las actividades tras las  restricciones que atravesamos por la pandemia producto del covid 19, las veredas volvieron a ser un bien preciado para vendedores informales.

En principio, en la segunda parte del 2020, el Gobierno de la Ciudad mantuvo un control del uso indebido del espacio público bastante estricto. Una tarea diaria y ensamblada entre inspectores (Agencia Gubernamental de Control), policías (Comisaría Vecinal 3A) y agentes de prevención, coordinada por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad mantuvo el estricto control de varias manzanas. El resultado fue eficaz ya que armaron un operativo diario meticuloso en el que cada funcionario cumplía un rol, existía una estrategia trazada y un objetivo. Por primera vez, en años, los vecinos y comerciantes vieron al Estado porteño haciendo, seriamente, tareas de prevención para evitar el uso indebido del espacio público. Si bien había algunas veredas ocupadas, en las calles internas, las avenidas Pueyrredon y Rivadavia, en un 80 por ciento, estaban despejadas. En tanto que Av. Corrientes tenía dos cuadras con mantas.

Los funcionarios que dirigían el «operativo manteros» justificaban la falta de control en esas pocas cuadras, en reuniones virtuales con vecinos, por la faltaba recurso humano.

En diciembre todo se precipitó; en la previa de las fiestas, la presión por ocupar más espacios se podía percibir.

Ahi surgió una mesa de diálogo armada entre comerciantes independientes,  vecinos, la comuna y manteros. En sede de la Comuna 3 con la presencia de comuneros del Frente de Todos y de Cambiemos y dirigentes de cada sector: Fecoba, Comerciantes independientes, Buenos Vecinos BA, vecinos independientes, referentes de manteros senegaleses y de VAIO. El objetivo de la mesa era buscar una solución para evitar que se repitiera la historia.
Presentaron una propuesta al GCBA que sugería la instalación de los manteros en plaza Miserere y la puesta en valor de los galpones que se crearon para la regulación de vendedores informales años atrás en otro intento fallido de solucionar la problemática de manteros.
Lamentablemente el sector de la administración del GCBA eligió hablar, SOLO, con FECOBA y con el sector de manteros que responde a la CETEP de Grabois (VAIO). Dándole la espalda a los comuneros, los vecinos y comerciantes independientes, entre gallos y medianoche, le dio vía libre a VAIO para ocupar las veredas «que ellos eligieran» asegura una de nuestras fuentes. Esto es fácil de comprobar si se sale a caminar. Los líderes de VAIO distribuyen espacios que delimitan con cintas adheridas a las baldosas. Obviamente el espacio tiene un precio que no solo pagan los adherentes a la organización que tiene la manija, los senegaleses hacen lo propio o no pueden vender en las veredas. Hay audios que circulan entre manteros en los que los líderes de VAIO les avisan que pasaran al retirar el aporte y en algunos la exigencia tiene sabor a «apriete». Los que dieron luz a estas pruebas del delito son personas  que pagan pero que no están conformes. «Hay veces que vendemos solo para pagale a ella. Once viene muy flojo» asegura una mujer.

Once tiene en su haber tiempos de abusos, descontrol, corrupción, asociaciones ilícitas, todo un cóctel impune en el marco de la venta ilegal en la vía pública. Los vecinos y comerciantes han sido testigos impotentes, a lo largo de los años, de una cadena de favores que beneficia a unos pocos vulnerando los derechos de unos y otros. Vecinos, comerciantes, manteros  son las verdaderas víctimas de las asociaciones ilícitas que toman las veredas y exhiben para la comercialización todo tipo de productos con origen dudoso. Los contribuyentes son obligados a convivir con una escena diaria, permanente, reiterada e impune que le estalla en la cara. Son vulnerados descaradamente en sus derechos y, gracias a la desidia, la inoperancia y la complicidad del Estado, a presenciar un mix de contravenciones y delitos federales (que incluyen trata de personas, contrabando, marcas apocrifas, etc). El escenario son las calles de un barrio clave de la ciudad que sostienen los contribuyentes con sus impuestos y usan para llenar sus arcas las mafias.

¿Hasta cuándo? Se preguntan los vecinos y comerciantes.

«Hasta que nos neguemos a pagar los impuestos y salgamos todos a la calle gritando como nunca» asegura un comerciante indignado de la calle Paso.

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