Vendía drogas y le dieron prisión domiciliaria con la excusa de que tiene una hija y debe llevarla al colegio. La mujer tendrá una tobillera y saldrá a la calle, a pesar de estar condenada. ¿Se imaginan de qué vivirá la señora de ahora en más? Claro, seguirá vendiendo drogas. Seguir leyendo
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