Desde hace más de dos años el microcentro de la Ciudad se ha vuelto un lugar peligroso para los vecinos, comerciantes, trabajadores y turistas que visitan el barrio.
Adictos, delincuentes, vendedores de drogas, ladrones de bronces, cartoneros, indigentes, ocupan veredas, plazas, entradas de edificios públicos. Gente rota y excluida que genera miedo. Muchos de ellos son señalados por los vecinos como los autores de actos de vandalismo que dejan huella en el mobiliario urbano, edificios y comercios.
Hace pocos días un automovilista impactó contra una de estas personas que lamentablemente resultó muerto. Era una de las personas que permanecía en los semáforos de la avenida y pernoctaba en los espacios verdes de este sector de la Comuna 1. Tenía antecedentes por robo violento.
En las calles linderas a la Avenida 9 de Julio se producen permanentemente delitos y muchos de los autores son personas que se refugian en este edificio. Está ubicado sobre el estacionamiento subterráneo de la avenida (intersección con Sarmiento).
Los únicos funcionarios que aparecen son de Policía de la Ciudad (División Av. Céntricas). En estos casos los vecinos reclaman a la Comuna 1 y la comuna llama a la división indicada que tiene jurisdicción en el área.
Sin embargo, esta problemática no es solo de seguridad.
Teniendo en cuenta que existe ocupación del espacio público para perpetrar los delitos, debería intervenir el Ministerio de Espacio Público y definir a qué sector del Gobierno de la Ciudad corresponde el edificio tomado. Luego tomar una medida al respecto.
Policía está averiguando cual es la función de la construcción. Por el momento se sabe que no pertenece a Subtes.
Además, deberían articular con el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, teniendo en cuenta que estas son personas en situación de calle.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería hacer una gestión interministerial para encontrar soluciones a largo plazo.
Para esto es fundamental que exista una firme decisión política.