Nuevas reglas para la construcción y desarrollo inmobiliario. Esta nueva normativa reemplaza la versión del 2018 y establece restricciones a las alturas máximas en barrios residenciales.
Las reformas en el Código Urbanístico buscan regular alturas, densidad poblacional y el impacto ambiental de las nuevas obras, con el objetivo de equilibrar el desarrollo urbano en los barrios porteños.
El proyecto obtuvo 31 votos a favor provenientes de Vamos por Más, Confianza Pública, la UCR, el Socialismo, Republicanos Unidos y una fracción de LLA que responde a Ramiro Marra. En contra, votaron 11 diputados: tres del Frente de Izquierda, tres vinculados a Patricia Bullrich y cinco del bloque libertario liderado por Pilar Ramírez. Por su parte, los 18 legisladores de Unión por la Patria decidieron abstenerse.
También introduce herramientas para incentivar inversiones en el sur de la ciudad, permitiendo a desarrolladores ganar derechos constructivos adicionales en zonas de alta densidad a cambio de inversiones en áreas más postergadas.
Durante el debate, la legisladora oficialista Paola Michielotto afirmó: “Esta ley mejorará la calidad de vida de los porteños. La ciudad es dinámica, global y heterogénea, y debemos escuchar a todos los actores que la componen”.
Por su lado, Pilar Ramírez, presidenta del bloque libertario, mostró rechazo al nuevo código indicando “no nos comemos el cuento de la planificación. Lo único que hacen es limitar la libertad individual”.
Claudia Neira, de Unión por la Patria, también cuestionó el proyecto: “La Ciudad necesita otro Código Urbanístico, pero eso requiere una visión clara de ciudad, algo ausente en la propuesta del oficialismo”. Neira, resaltó el papel de los colectivos vecinales en las audiencias públicas previas a la sanción.
El nuevo Código incluye regulaciones como el límite de altura de 9 metros para construcciones en más de 400 pasajes y promueve la creación de espacios verdes en terrenos baldíos